La narrativa de Jorge Luis Borges, una ventana hacia el Islam. Por Bilal Arif Portillo*
martes, noviembre 28, 2017
Las oposiciones entre las
civilizaciones recubren una secreta unidad
Octavio Paz
Luis Cardoza y Aragón ha dicho
en relación a la literatura árabe-islámica que:
Su
encanto delicado nace, como en los dibujos que adornan sus objetos, como su
arquitectura, nace de la repetición del mismo motivo. Hay una gran armonía
escondida y el efluvio de esa rara hermandad es su secreto clásico. (1)
Las palabras del guatemalteco,
proyectan la fascinación que como aceite sobre una llama, ha encendido la
tradición islámica sobre algunos escritores latinoamericanos y de España, la
lista bien podría ser una de las descritas por Umberto Eco (2), pero solo para
tener idea, entre los más célebres de la lista están: Lugones, Rubén Darío, Francisco
Gavidia, Luis Cardoza y Aragón, Jorge Luis Borges y Gabriel García Márquez, de
hecho el nobel colombiano manifestó en algunas oportunidades el hechizo que
sobre él tuvo «Las mil y una noches».
Ahora bien aterrizando en el trabajo borgiano, me parece prudente plantear la
pregunta: ¿De dónde surge la fascinación de Borges por lo oriental, lo árabe y
lo islámico? La respuesta parece estar en la misma obra que hechizó a García
Márquez, pues las «Las mil y una noches»,
obra que sigue siendo una ventana y que -en este caso una en torno al
Oriente- sirvió para dejar colar en la literatura borgiana la brisa de la
cultura islámica, sobre esto dice un trabajo que:
Algunos
contemporáneos reprocharon a Borges su afición por lo exótico tempranamente, ya
tras la publicación de su primer experimento narrativo: Historia universal de
la infamia ( 1935) contenía en efecto, entre imposturas y verdades, dos relatos
versionados de las mil y una 11oches «La cámara de las estatuas» e «Historia de
los dos que soñaron», una historia ambientada en el Sudán musulmán -al parecer
extraída de The Lake Regions of Equatorial Africa, del arabista R.F. Burton- y
otra titulada «Un doble de Mahoma» inspirada en una reflexión de Swedenborg.
Las
obras posteriores -poesía, narrativa o ensayo- no harán más que confirmar esta
preferencia. A partir de entonces Borges localizará sus relatos en Babilonia,
Babel, Alejandría, Alhambra, los encabezará con citas de Alcorán y aprovechará
las posibilidades literarias de nombres como Averroes, Almotásim, Abenjacán el Bojarí,
Abulcasim el Hadramí, Omar Kayyán ... Ningún tema será sin embargo tan
recurrente a lo largo de toda su producción corno la fascinación por las mil y
una noches. Borges conoce tan profundamente la colección de cuentos árabes que,
además de utilizar sus aventuras como fuente de inspiración para relatos
propios, se decide en sus últimos años a pronunciar una conferencia sobre la
obra, recogida luego entre los ensayos de Siete noches ( 1980). (3)
Además habrá que tener en
cuenta la construcción e incorporación de nuevos elementos estéticos en las
letras latinoamericanas del siglo XX, cosa que se señala en el trabajo titulado
«Orientalismos Latinoamericanos. Borges y
una nueva perspectiva en torno a la representación Arábigo-Persa en Historia de
la Eternidad», trabajo del cual me interesa compartir unas líneas:
La
obra de Borges nos sirve para señalar dos puntos esenciales: el primero de
ellos es que este escritor se desvió de la tensión entre civilización y
barbarie que operó en otros autores (en ocasiones, de manera voluntaria)
alrededor de los tópicos que implicaban a elementos de la cultura árabe y
persa; el segundo radica en que podemos identificar una menor pero saludable
variante en torno a la representación del Otro, esta vez como un agente
intelectual no ahistórico. (4)
Palabras que en mi entender
sirven para acercarnos más a una validación –no definitiva por supuesto- del
título que acompaña esta selección, es decir Borges como puerta al conocimiento
de la cultura islámica o al menos a una parte importante de esta.
Otro punto interesante es la
intertextualidad de la obra de Borges, que es como una inmensa carretera, plena
de bifurcaciones a varios senderos. En esa intertextualidad por ejemplo Borges
introduce al lector a obras y personajes importantes del Oriente, algunos
cubiertos bajo la bruma del misterio como el profeta velado Al-Muqanna (5), o la conocida y muy
citada « Mil y Una Noches», epígrafes extraídos del Sagrado Corán (6), y otros personajes como El profeta Muhammad (7), Averroes, Omar Khayyam,
Farid Al-din Attar (8), ciudades persas, árabes, e indias, todas fluyendo a
través de la magnífica obra poética, narrativa y ensayística de Borges. El
argentino en lo que a mí concierne es no solo una epifanía literaria, sino un
punto de encuentro, una puerta a otros mundos.
Presento aquí tres piezas de
la artesanía narrativa del escritor argentino que tienen una inconfundible
huella del Islam.
Selección:
El rostro
El año 163 de la Emigración y quinto de la Cara
Resplandeciente, Hákim fue cercado en Sanam por el ejército del jalifa.
Provisiones y mártires no faltaban, y se aguardaba el inminente socorro de una
caterva de ángeles de luz. En eso estaban cuando un espantoso rumor atravesó el
castillo. Se refería que una mujer adúltera del harem, al ser estrangulada por
los eunucos, había gritado que a la mano derecha del profeta le faltaba el dedo
anular y que carecían de uñas los otros. El rumor cundió entre los fieles. A
pleno sol, en una elevada terraza, Hákim pedía una victoria o un signo a la
divinidad familiar. Con la cabeza doblegada, servil —como si corrieran contra
una lluvia—, dos capitanes le arrancaron el Velo recamado de piedras.
Primero, hubo un temblor. La prometida cara del
Apóstol, la cara que había estado en los cielos, era en efecto blanca, pero con
la blancura peculiar de la lepra manchada. Era tan abultada o increíble que les
pareció una careta. No tenía cejas; el párpado inferior del ojo derecho pendía
sobre la mejilla senil; un pesado racimo de tubérculos le comía los labios; la
nariz inhumana y achatada era como de león.
La voz de Hákim ensayó un engaño final. Vuestro pecado
abominable os prohíbe percibir mi esplendor… comenzó a decir.
No lo escucharon y lo atravesaron con lanzas. (9)
Los dos reyes
y los dos laberintos
Cuentan
los hombres dignos de fe (pero Alá sabe más) que en los primeros días hubo un
rey de las islas de Babilonia que congregó a sus arquitectos y magos y les
mandó a construir un laberinto tan perplejo y sutil que los varones más
prudentes no se aventuraban a entrar, y los que entraban se perdían. Esa obra
era un escándalo, porque la confusión y la maravilla son operaciones propias de
Dios y no de los hombres. Con el andar del tiempo vino a su corte un rey de los
árabes, y el rey de Babilonia (para hacer burla de la simplicidad de su
huésped) lo hizo penetrar en el laberinto, donde vagó afrentado y confundido
hasta la declinación de la tarde. Entonces imploró socorro divino y dio con la
puerta. Sus labios no profirieron queja ninguna, pero le dijo al rey de
Babilonia que él en Arabia tenía otro laberinto y que, si Dios era servido, se
lo daría a conocer algún día. Luego regresó a Arabia, juntó sus capitanes y sus
alcaides y estragó los reinos de Babilonia con tan venturosa fortuna que
derribo sus castillos, rompió sus gentes e hizo cautivo al mismo rey. Lo amarró
encima de un camello veloz y lo llevó al desierto. Cabalgaron tres días, y le
dijo: «Oh, rey del tiempo y substancia y cifra del siglo!, en Babilonia me
quisiste perder en un laberinto de bronce con muchas escaleras, puertas y
muros; ahora el Poderoso ha tenido a bien que te muestre el mío, donde no hay
escaleras que subir, ni puertas que forzar, ni fatigosas galerías que recorrer,
ni muros que veden el paso.» Luego le desató las ligaduras y lo abandonó en la
mitad del desierto, donde murió de hambre y de sed. La gloria sea con aquel que
no muere. (10)
Historia
de los dos que soñaron
Cuentan
los hombres dignos de fe (pero sólo Alá es omnisciente y poderoso y
misericordioso y no duerme) que hubo en El Cairo un hombre poseedor de
riquezas, pero tan magnánimo y liberal que todas las perdió, menos la casa de
su padre, y que se vio forzado a trabajar para ganarse el pan. Trabajó tanto
que el sueño lo rindió debajo de una higuera de su jardín y vio en el sueño a
un desconocido que le dijo:
-Tu
fortuna está en Persia, en Isfaján; vete a buscarla.
A
la madrugada siguiente se despertó y emprendió el largo viaje y afrontó los
peligros de los desiertos, de los idólatras, de los ríos, de las fieras y de
los hombres. Llegó al fin a Isfaján, pero en el recinto de esa ciudad lo
sorprendió la noche y se tendió a dormir en el patio de una mezquita. Había,
junto a la mezquita, una casa y por el decreto de Dios Todopoderoso una
pandilla de ladrones atravesó la mezquita y se metió en la casa, y las personas
que dormían se despertaron y pidieron socorro. Los vecinos también gritaron,
hasta que el capitán de los serenos de aquel distrito acudió con sus hombres y
los bandoleros huyeron por la azotea. El capitán hizo registrar la mezquita y en
ella dieron con el hombre de El Cairo y lo llevaron a la cárcel. El juez lo
hizo comparecer y le dijo:
-¿Quién
eres y cuál es tu patria?
El
hombre declaró:
-Soy
de la ciudad famosa de El Cairo y mi nombre es Yacub El Magrebí.
El
juez le preguntó:
-¿Qué
te trajo a Persia?
El
hombre optó por la verdad y le dijo:
-Un
hombre me ordenó en un sueño que viniera a Isfaján, porque ahí estaba mi
fortuna. Ya estoy en Isfaján y veo que la fortuna que me prometió ha de ser
esta cárcel.
El
juez echó a reír.
-Hombre
desatinado -le dijo-, tres veces he soñado con una casa en la ciudad de El
Cairo, en cuyo fondo hay un jardín. Y en el jardín un reloj de sol y después
del reloj de sol, una higuera, y bajo la higuera un tesoro. No he dado el menor
crédito a esa mentira. Tú, sin embargo, has errado de ciudad en ciudad, bajo la
sola fe de tu sueño. Que no vuelva a verte en Isfaján. Toma estas monedas y
vete.
El
hombre las tomó y regresó a la patria. Debajo de la higuera de su casa (que era
la del sueño del juez) desenterró el tesoro. Así Dios le dio bendición y lo
recompensó y exaltó. Dios es el Generoso, el Oculto. (11)
*Ensayista, articulista y
editor de la Revista Biblioteca Islámica (www.redislam.net), y director de
la Asociación Cultural Islámica Shiita
de El Salvador.
Notas:
1. Luis Cardoza y Aragón, Fez Ciudad Santa de los Árabes, Ciudad de Guatemala, Editorial
Universitaria, página 25
2.Umberto Eco, Confesiones
de un joven novelista, editorial Debolsillo, Barcelona, 2011, página 179.
3.Carmen Espejo Cala, Borges
y los árabes, documento PDF, página 104, encontrado el 2 de noviembre de
2017 en: http://institucional.us.es/revistas/philologia/7/art_9.pdf
4. Daniel Gómez, Orientalismos
Latinoamericanos. Borges y una nueva perspectiva en torno a la representación Arábigo-Persa
en Historia de la Eternidad, publicado en Saga Revista de
Letras, N°4, segundo semestre de 2015, página 71. Encontrado el 1 de noviembre
de 2017 en: http://sagarevistadeletras.com.ar/archivos/4.Gomez-pp-59-74.pdf
5. Autodenominado profeta persa, cuyo nombre real fue Hashim abu Muslim. Existen algunos
libros medievales que le mencionan como personaje real, véase para más
información: https://baheyeldin.com/history/veiled-prophet-of-khorasan.html
6. Libro Sagrado del Islam.
7. En español se le conoce bajo la castellanización de
Mahoma, pero en el mundo islámico se prefiere la voz árabe Muhammad, es el último de los profetas aceptado por el Islam.
8. Importante poeta y prosista persa, es una de las figuras
capitales de la literatura persa. Es mundialmente conocida su Mantic uttair o Asamblea de los pájaros. Ver
el trabajo de Ahmad Tamindari, A history
of persian literature, publicado en Teherán por The center for international cultural studies, 2002, página 51.
9. Jorge Luis Borges, Cuentos
Completos, editorial Debolsillo, sexta edición, Barcelona, 2016. Páginas 60
y 61.
10. Jorge Luis Borges, Cuentos
Completos, páginas 318 y 319.
11. Jorge Luis Borges, Cuentos
Completos, páginas 74 y 75.
Bibliografía
y fuentes de Internet:
-Borges, Jorge Luis, Cuentos
Completos, editorial Debolsillo, sexta edición, Barcelona, 2016.
-Borges, Jorge Luis, El
Aleph, editorial Debolsillo, undécima reimpresión, México, 2016.
-Borges, Jorge Luis, Artificios,
Alianza Editorial, Madrid, 1994.
-Borges, Jorge Luis, Poesía
completa, editorial Debolsillo, Barcelona, 2015.
-Cardoza y Aragón, Luis, Fez Ciudad Santa de los Árabes, Ciudad de Guatemala, Editorial
Universitaria.
-Eco, Umberto, Confesiones
de un joven novelista, editorial Debolsillo, editorial Debolsillo,
Barcelona, 2011.
Espejo, Cala Carmen, Borges
y los árabes, documento PDF, encontrado en: http://institucional.us.es/revistas/philologia/7/art_9.pdf
-Gómez, Daniel, Orientalismos
Latinoamericanos. Borges y una nueva perspectiva en torno a la representación
Arábigo-Persa en Historia de la Eternidad, encontrado en: http://sagarevistadeletras.com.ar/archivos/4.Gomez-pp-59-74.pdf
-Paz, Octavio, Los
hijos del limo, editorial Seix Barral, cuarta edición, Barcelona, 1993.
-Tamindari, Ahmad, A history of persian literatura, publicado
por The center for international cultural
studies , Teherán, 2002.
- The Veiled Prophet of Khorasan, encontrado en:
https://baheyeldin.com/history/veiled-prophet-of-khorasan.html
-Vernet, Juan, Literatura
árabe, editorial Labor S.A, segunda edición, Barcelona, 1968.
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