Un salvadoreño en la ciudad sagrada de Qom, Por Néstor Martínez

miércoles, agosto 17, 2011

Mustafá al Salvadori dice que me conoce, en realidad no lo recuerdo, me menciona a Teresa, su esposa, de ella sí me acuerdo, cuando trabajábamos en una organización no gubernamental. Así que nuestro encuentro, un encuentro esperado y esquivo (me fue a buscar dos veces al hotel y por minutos no me encontró). Al fin nos vemos, mi memoria buscando algún detalle y él amable, sonriente. Identificados, al fin que somos dos salvadoreños y hombres de cultura. Estamos en la Ciudad Sagrada de Qom, pasamos muchos momentos caminando por la Ciudad, me enseña los bazares (mercados), diversas vías para llegar a Santuario de Fátima, y luego visitamos su casa. ¡Allí veo a Teresa!, o como la conocíamos Teresita. Esta vestida como musulmana, es decir toda cubierta, pero ella es la misma. Extiendo mi mano y luego me disculpo, sé que las mujeres no tienen que saludar así a un hombre, se dan la mano entre ellas, e igual los hombres. Conversamos los tres sobre la alfombra. Ellos no ignoran la realidad de su país. Cuentan anécdotas de su vida en Irán. En realidad los veo felices, ¡quien no lo estaría en una sociedad ordenada y tranquila, que respira bienestar por todos lados! Son padres de tres hijos: dos niños y una niña. Teresa, anuncia que sale. Sigo conversando con Mustafá y de ello transcribo éstas preguntas.

- Imagino que Mustafá al Salvadori no es tu verdadero nombre…
Exactamente bien los has dicho. Ese es mi verdaderamente que he escogido, que nadie me ha obligado a utilizar, es una elección personal  , y fue debido a que mi nombre personal, Óscar, es un poco ofensivo para mi sensibilidad religiosa, ¿por qué? Dirás, sencillamente porque Óscar deriva de un nombre de dos raíces germánicas que en es español sería traducido a algo así como "la lanza de los dioses", entonces yo creo en la existencia de un solo Dios, por lo tanto no me siento bien llamándome Óscar y escogí, entre tantos nombres, llamarme Mustafá y Al Salvadori significa "el salvadoreño" en lengua persa.

- ¿Cómo llegaste a Irán? Vos y tu familia son los únicos salvadoreños en Irán…
Yo estaba en El Salvador estudiando Arqueología y con mi activismo islámico de siempre, es decir, administrando la Comunidad Islámica Shiíta de El Salvador, y de repente alguien me mandó un correo diciéndome que había visto mi trabajo. Habíamos empezado con la Revista Biblioteca Islámica que tiene mucho eco en la comunidad musulmana latinoamericana, alguien vio la revista acá, vio lo sitios, y me convidó a pasar dos meses por aquí (Irán). Estando aquí me gustó, me encantó, me sentí  muy bien, como en casa, como decimos en San Salvador, me sentí en mi salsa, es lo que me gusta, y también, como en mi adolescencia estuve en las escuelas de arte en Guatemala y El Salvador me encantó la actividad artística del país (Irán), teatro, pintura, cine y respondí a la invitación para venir a radicarme y convertirme, gracias a Dios, en hasta ahora en el único centroamericano que estudia en un seminario teológico, muy concurrido por estudiantes de más de noventa países.

- ¿Estudiás qué…?
Pues estudio ciencias islámicas, tenemos un pensum de cultura general muy variado, te comentaba antes, por ejemplo filosofía, lógica¸ literatura, lenguas extranjeras… aparte de nuestras materias de teología.

- Tu esposa es salvadoreña, ¿ella también se convirtió al Islam?
Ella se convirtió al Islam poco después… hará tres años después de mí, y la verdad es que no le costó adaptarse puesto que… vos que has estado acá, con nosotros un poco más de una semana, te veo relajado, contento, tan feliz, entonces nosotros, al igual que vos, nos sentimos así, no hay ninguna diferencia, nos sentimos en casa, no nos sentimos extranjeros, en primer lugar porque en el Islam todos somos hermanos, y no existe aquello de musulmanes de primera categoría, segunda categoría, tercera categoría… no existe el concepto raza dentro de nosotros, todos los creyentes somos como los dientes de un peine: todos somos iguales.

- Después de tantos años, ¿qué te parece la sociedad iraní?
En primer lugar es el reflejo de lo que es una sociedad islámica, y mi utopía personal es vivir siempre en una sociedad islámica no importa en qué rincón del mundo me encuentre, así, cuando vivía en El Salvador, también vivía en mi propio ambiente islámico, porque los cambios empiezan, primero en tu persona, después en tu casa, es decir, abarcando a tu familia, después a tus vecinos, después a tus amigos, y así hasta lograr, cuando ya hayas cambiado vos, que es lo lógico, hacer que los demás cambien, no podemos pretender que alguien cambie si nosotros no cambiamos.

- Hay una falsa visión en El Salvador sobre Irán, ¿qué opinás de lo que se publica sobre Irán en El Salvador?
Lamentablemente en El Salvador, pocos medios son los que informan, la mayoría desinforma, esto obedece a intereses políticos, por ejemplo no quieren que nuestros países, nuestras naciones, se quiten el yugo que tienen de Norteamérica, los Estados Unidos, seguimos siendo un país endeudado y no sé hasta cuándo, creo que para siempre porque no veo que nadie tenga propuestas que vayan encaminadas a erradicar todo eso, es decir, queremos que cambie, pero estamos hablando de revolución, pero una revolución no necesariamente tiene que ser con armas, ¡hombre!, sino que una revolución es así, como te explicaba antes: tenés que cambiar vos primero para que cambie todo: cero corrupción, no queremos políticos amorales, deshonestos corruptos que estén gobernando. Lamentablemente, yo, aunque busqué con pinzas en los partidos, no encuentro en los partidos personas que sean verdaderos líderes del que uno pueda decir "¡vaya qué candidato, qué ejemplo de persona, de ser humano!" para poder entregarle y darle la confianza de que nos gobierne.

- ¿Cuál es el futuro de tu familia aquí?
Yo nunca olvidé de donde vengo, es decir, yo soy "el salvadoreño", mi propio nombre que también está registrado en mi país, yo puedo usar mi propio nombre, Mustafá Al Salvadori, a diestra y siniestra de acuerdo a la ley musulmana. Al Salvadori, el salvadoreño, yo nunca he olvidado mi origen ni lo olvidaré primero Dios, y estoy acá pasando una temporada de estudios que yo mismo no sé cuánto tiempo será, porque me trazo metas a corto plazo. Cuando me vine acá, aunque me ofrecieron estudiar una carrera de muchos años, mi primera meta no fue eso que me propusieron, mi meta fue estudiar un curso de persa (el idioma de Irán), que haced parte del conjunto, pero cuando lo terminé me trace otra meta. No quiero salir frustrado diciendo "voy a estudiar quince años" y después resulta que estoy un poco capacitado.

- Tenés, como beneficio de estudiante un apartamento y trabajo ¿No?
Tengo un apartamento, el trabajo no hace parte de los beneficios como estudiante, el trabajo es de acuerdo a las aptitudes y las cosas que aprendí en nuestro país que me califican como para tener un empleo en este. Trabajo en una fundación editando libros en español, editando textos, tanto en nuestro idioma como en portugués.

- ¿Cómo vive la familia salvadoreña en Irán? ¿Cómo es la relación con tu esposa? ¿Ella trabaja?
No ella no trabaja, pero eso no significa que en el Islam está prohibido que trabaje la mujer, no, ella no trabaja porque no necesita y porque ella también no ha tomado la decisión de trabajar, le han ofrecido trabajo, quiero que esté cómoda, por el momento, gracias a Dios, yo puedo sostenerla tranquilamente, el Islam manda que el hombre debe mantener a la mujer, no existe aquello de que "tenés que trabajar para ayudarme", no, la mujer puede trabajar pero sobre el sueldo, el salario, el ingreso que tiene, el esposo no tiene ningún derecho sobre ese dinero y ella lo puede utilizar solo para ella, no para poner para la comida para esto o lo otro…

- … ese es tu problema…
¡ja! ¡ja! ¡ja! ¡ja! ¡ja! ¡ja! Es una bendición que tienen las mujeres musulmanas, si has visto por las calles ¡todo lo que ves son productos para mujeres! Uno no tiene para comprarse productos para uno mismo…

- Hablemos de tu poesía. ¿Es musulmana tu poesía?
Yo no creo en la poesía, para comenzar. Aquí la editorial me puso Mustafa el Salvadori, poeta musulmán, pero yo no creo en la poesía, pienso que la poesía no es más que una palabra en el diccionario, todo lo que hablamos es lo que se llama poesía y simplemente lo ponemos por escrito, y unos hablamos más bonitos que otros, y por eso a unos les dicen "es poeta" y a otros "no es poeta", pero no creo que exista la poesía como tal, vos hablás, escribís y allí tenemos el producto…

-… pero tenés un libro de poemas…
Pero otros no les dicen poesía….

- ¿Cuál sería la diferencia?, digamos… ¿De dónde tomás los temas para tus escritos?
Bueno, mi inspiración es el Islam, naturalmente también hay mucho de El Salvador en mi poesía, hay todos los conflictos, todos los ataques que nos hacen las potencias arrogantes, como dice mi libro espiritual, es decir, la coyuntura política mundial está en este libro que se llama "El corazón de la revolución", tengo poemas para mi familia, tengo poemas de amor, tengo poemas para mis hijos, tengo poemas para Afganistán, para Pakistán, para Irak, para Irán…

-… para todos los gustos…
Sí, tengo, por ejemplo, mi experiencia en una sociedad como esta, incluso tengo un poema que causó suceso en agosto pasado en El Salvador, es "Los pollitos dicen pío, pío, pío"

Los huevos
se intercambian
miradas
concordantes

En sinfonía
de movimientos
los pollitos
rompen el cascarón,

salen al mundo
y se hacen revolucionarios
"cuando tienen hambre,
cuando tienen frío"

- ¿En qué país te prohibieron leer o tu libro?
En Colombia. Los motivos no son convincentes, porque la carta decía "por favor no nos manden este libro a Colombia, porque está escrito para niños de dos años. A mí siempre me encantó, desde que estaba en la escuela de arte dramático en Guatemala y en el Centro de Formación Artística en El Salvador, CENAR… me gustó mucho el dadaísmo y el teatro de lo absurdo y lo que escribo, lo que hablo, va por esa línea, dadaísmo, entonces mis textos son un poco "peligrosos". Si tenés el cerebro de un niño de dos años, pensás que lo que está sucediendo es para un niño de dos años, si tenés el cerebro de un anciano respetable de ciento cincuenta años, pensás que estos textos están escritos para niños de ciento cincuenta años y los demás solo se dan cuenta de que Dada está vivo.

- ¿Tenés más obra o es el único que has escrito?
De este tipo, siendo musulmán, es el primero, pero antes escribí y produje teatro en español, especialmente de escritores vanguardistas brasileños.

- ¿Hay otro futuro libro?
¡Por supuesto! Ahorita estoy terminando "La sombra que sueña con vos". En todos mis textos voces, jamás tuteo, porque no me gusta ser como ciertos cantantes de cumbia de El Salvador que en la casa dicen "mirá vos" y en la canción "pero si tú"…

- ¡ja! ¡ja! ¡ja! ¡ja! ¡ja! ¡ja!...
¡ja! ¡ja! ¡ja! ¡ja! ¡ja! ¡ja! Por favor, hay que mantener nuestra idiosincrasia.

Entrevista realizada en la Ciudad Sagrada de Qom, Irán


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