Fatimah Az-Zahra, la dama resplandeciente del Islam (editorial)
martes, abril 04, 2017
La facundia violenta de los inquisidores contemporáneos del Islam, tiene en la sumisión e instrumentalización de la mujer en parte del Medio Oriente dos abrevaderos que vigorizan su discurso oficial. Parte de la argumentación de este discurso inquisidor no es del todo falso, pero está mezclado con muchas mentiras, no es cierto por ejemplo que la mujer desde los albores del Islam haya tenido un papel secundario, recordemos que la primera gran consorte de la divulgación del mensaje profético de Muhammad fue su primera esposa Jadiya, mujer de grandes virtudes, carácter y habilidad comercial. El Corán menciona con gran veneración a Maryam y Asia, el devenir histórico del Islam enaltece a Zainab (oradora, lidereza y el rostro de la familia profética ante la tiranía omeya) y Fatimah Masuma cuyo santuario es el corazón de la ciudad santa de Qom en Irán y su razón de ser.
El poeta salvadoreño David Escobar Galindo habla de la sangre que sopla en las arenas, Fátimah es esa sangre y el Islam es la arena, basta con leer fragmentos de su biografía para darse cuenta de su resplandeciente personalidad, de ella dijo el profeta del Islam que es la señora del Paraíso (1) y de ella dijeron los imames que era la luz del mihrab (2). Existe en la tradición chií un discurso cuya autoría se adjudicó desde siempre a Fátimah Az-Zahra, de este discurso -fuerte y certero- reproducimos aquí algunas palabras recogidas en el prólogo de un texto del sociólogo iraní Ali Shariati (3):
"¡Levantaos! ¡Levantaos! Si aguantáis por algún tiempo
veréis las maravillas de la naturaleza, pero más maravillosa
es la palabra. ¿Cuál es su argumento? ¿Qué pilares
sostienen? ¿De qué cuerda se agarran? ¿A qué familia
admiran y dominan?.
¡Qué líder tan terrible han elegido (Abu Bakr)! ¡A qué
ayudante tan terrible han recurrido! (Omar). ¡Qué cambio
tan equivocado y opresivo han hecho! Por Dios, han
dado superioridad a aquellos que aplazaron su decisión
de hacerse musulmanes antes que a aquellos que fueron
los pioneros. Han elegido a los débiles en vez de a los
fuertes. Destruyeron a aquellos que creen realizar buenos
actos. Son corruptores que no comprenden".
La fuerza interior y la insobornable convicción de Fátimah se traslucen en estas palabras por demás llenas de hercúlea firmeza. La personalidad de Fátimah es un delicado equilibrio entre el fuego interno de la insurrección profética y la contemplación celeste, así una que otra tradición nos dejan testimonios como este:
Aishah hija de Abu Bakr dijo: "Nunca he visto alguien más sincero que Fatimah (P) a excepción que su padre el Enviado de Dios."
Hasan Basri dijo: "En esta Ummah (comunidad) no ha existido nadie más dedicado a la adoración que Fátimah (P). Se mantenía en pie para rezar y adorar a Dios Omnipotente hasta que sus pies se hinchaban." (4)
La sensibilidad de Fátimah ante la ausencia del profeta del Islam es un asunto recurrente en la literatura chií, un pequeño pero estremecedor relato transmitido en algunos textos religiosos (5), ofrece una mirada a esta parte fina y delicada de la resplandeciente madre del imamato:
Bilal, que era el muecín del Profeta (BP) entristeció por los acontecimientos que se desencadenaron a raíz de la muerte del Mensajero del Islam, que juró nunca más recitar el adhan (la llamada para la oración). Un día Fatimah Az-Zahra (P) dijo: "Me gustaría nuevamente oir la voz del muecín de mi padre.Esta noticia llegó a los oídos de Bilal y por respeto a Fatimah (P) se levantó para dar el adhan. Cuando se oyó la voz de Bilal que decía:
«الله أكبر الله أكبر» «الله أكبر الله أكبر»
Al.lahu Akbar Al.lahu Akbar
Dios es el más grande, Dios es el más grande.
Fatimah Az-Zahra (P) no pudo contener el llanto y cuando la voz de Bilal decía:
«أشهد أن محمدا رسول الله»
Ash Hadu anna Muhammadan Rasulil.lah
Testifico que Muhammad es el Enviado de Dios.
Fatimah Az-Zahra (P) dejó escapar un grito y cayó desmayada. Los que se encontraban presentes, creyendo que esto había provocado la muerte de Fatimah (P) le pidieron a Bilal que no siguiese. Bilal cortó el adhan o llamado a la oración y lo dejó incompleto, cuando Fatimah (P) volvió en sí, pidió a Bilal que terminara de decir el llamado pero él no aceptó y dijo: "¡Oh, Señora entre todas las señoras! Temo por vuestra vida cuando vos escucháis el Adhan."
Fátimah no es solo un ejemplo para las mujeres del Islam sino para todos los musulmanes del mundo.
Notas:
1-FATIMA AZ ZAHRA’ LA SEÑORA ENTRE LAS SEÑORAS, Equipo de escritores de La
Fundación Dar Rah-e Haqq, Asamblea Mundial de Ahl-ul Bayt, primera edición, Teherán, Irán, 2006. Página 24.
2-Rescatado de https://www.al-islam.org/life-fatimah-az-zahra-study-and-analysis-baqir-shareef-al-qurashi/fatimahs-birth-and-upbringing. 20 de marzo de 2017.
3-Fatima es Fatima, Dr. Alí Shariati, Alhoda, Londres, Inglaterra, 1989, primera edición, página 24.
4-FATIMA AZ ZAHRA’ LA SEÑORA ENTRE LAS SEÑORAS, Equipo de escritores de La
Fundación Dar Rah-e Haqq, página 39.
5-FATIMA AZ ZAHRA’ LA SEÑORA ENTRE LAS SEÑORAS, Equipo de escritores de La
Fundación Dar Rah-e Haqq, páginas 64 y 65.
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