El Corán y la literatura por Beatriz Salas de Rafiee*

domingo, agosto 07, 2016



Temas clave: el Corán, la literatura, influencias, controversia, traducción.

Al participar en este distinguido medio de comunicación, no lo hago como especialista del Corán, que no lo soy en absoluto, sino como una simple amante de la literatura que quiere recordar la importancia de la traducción en el mundo, como canal que vincula culturas y, específicamente, normas de comportamientos sociales y morales internacionalmente aceptados. 
El Corán: libro cuyo título significa lectura, pregón o proclamación,  transmitido a Mohammad para que el ser humano alcance la perfección. Es el libro sagrado por excelencia para los musulmanes, no sólo desde el punto de vista religioso sino también literario. Y la palabra literatura,en latín viene de letras, pero a mí me gusta más como se dice aquí en Irán, Adabiat, que viene de la palabra Adab: invitar a alguien, la cortesía, la cultura, el enriquecimiento personal.

Y el contenido del Corán ha inspirado e inspira a muchos en literatura, tema que es el objeto de mi ponencia en la que citaré algunos ejemplos. El Corán induce al estudio, al aprendizaje de la lectura, de la escritura y a la memorización, y es de hacer notar el importante papel de las mezquitas como escuelas.Ya que en el mismo Corán, por mandato de Dios, vemos las órdenestales como: ¡Lee!, ¡Recita! A lo largo de todo el sagrado texto.
Es interesante comprobar que al seguir el precepto islámico del Corán, de peregrinar a la Meca, establecido en la sura 22, en la antigüedad este viaje suponía para los peregrinos un rico contacto cultural con las ciudades orientales como Bagdad o el Cairo, y así fue como se fue introduciendo el saber y las artes de Oriente, entre ellas la literatura  musulmana en la cultura del Ándalus. Mientras Europa se atrasaba tras la caída del imperio romano por la inseguridad de los caminos y la falta de comunicación y de comercio, en el mundo islámico los viajes de eruditos y gente común se mantenían con fluidez por tierra y por mar.Y así vemos como también viajan las ideas y los libros.

Por ejemplo, vemos esta influencia en el conjunto de cuentos de las Mil y una Noches, que fueron formándose desde el siglo IX por acumulación de relatos orales de diversa procedencia como Persia, India, Egipto y Arabia, en el siglo XV se trasladaron a la escritura. Un investigador francés lo tradujo y lo dio a conocer a Occidente en el siglo XVIII pero, durante la Edad Media, ya debieron circular por Europa versiones de algunos cuentos que, sin duda, conocieron escritores como Bocaccio y Don Juan Manuel, el sobrino de Alfonso X el Sabio, el creador de la famosa Escuela de Traductores de Toledo, donde convivían en armonía sabios y traductores de las tres religiones.

Entre los cuentos de las Mil y una noches, todos recordamos  a “Aladino y la lámpara maravillosa”, en el que uno de los protagonistas principales es el genio, u otros diversos que aparecen desde el principio en el Shahnameh de Ferdowsi, en los combates de Siamak, Kiumars, Hushang y Tahmurs con diversos Div, y el genio blanco de Mazandaran en su lucha con Rostam. Los protagonistas entonces de estos relatos, se basan así en el sagrado Corán, Sura 72,  Yene.

En la etapa arábigo andaluza de la conquista de la península Ibérica por los musulmanes, desde los siglos VIII hasta el XV, la cultura musulmana tendrá unos centros donde brillará y se extenderá por Occidente. El califato de Córdoba se convertirá en unos de los principales focos con filósofos y escritores como Averroes, (IbnRusd 1126-1198) el místico Ibn el Arabí, entre otros. Cuestiones relacionadas al Corán y a la teología musulmana en este periodo son complicadas, pero lo que nos interesa, ahora, es la relación del sufismo con la literatura española. Y aquí encontramos como se conocieron en Occidente gracias a las labores de traducción, los textos de Avicenas o Ibn e Sina (980-1037), muy influyente a lo largo de la Edad Media con su “Tratado sobre el amor”, entre muchos otros,  y al conocido en latín como Algazel, que no es otro sino Mohammad at Tusi al Ghazali (1058-1111). Su obra “La liberación del error”,  ha sido comparada con las Confesiones de San Agustín, y es para muchos, el texto religioso musulmán más importante, después del Corán.

Asin Palacios ha hecho estudios precisos para hacer ver los paralelismos que existen entre el misticismo cristiano y la mística musulmana. Dice que la fuente de la mística musulmana es el misticismo cristiano, en una corriente de pensamiento que va primeramente de los cristianos a los musulmanes y después estos la vuelven a transmitir a los cristianos en la Edad Media. Su argumento se basa, justamente, en la convivencia de los musulmanes con místicos cristianos en Egipto, Arabia o Persia. Y tenemos a Luce López Baralt, doctora en literaturas románicas de la universidad de Harvard y traductora del árabe de clásicos como “Las moradas de los corazones”, de Abul Hassan al Nuri de Bagdad. Ha dedicado 30 años a la investigación sobre quien influye primero a quien en la literatura mística del Islam y la del cristianismo, retomando la obra de Asin Palacios.
Y hablando de los grandes místicos del Siglo de Oro de la literatura española, nombramos a Santa Teresa de Jesús, con el símil de los siete castillos y las Moradas. Como afirma Clara Janes, entre otros,  Teresa de Ávila no inventó la hermosa imagen de los castillos interiores, simplemente la cristianizó y la adaptó a sus fines. Ya  Abdul Qasem Al Nuri  hablaba anteriormente  de castillos o moradas concéntricas en su obra “Morada de los corazones”. Y vemos a Sowravardi XII, a  Rumi del siglo XIII, a MollahSadra en el XVI, con imágenes del pensamiento sufí, que aparecen después tardíamente en la literatura mística hispana.

San Juan de la Cruz, y a Fray Luis de León (1528) como muestra de literatura ascética de la segunda mitad del siglo XVI española, con su deseo del alma de alejarse de todo lo terrenal para poder alcanzar a Dios. Este último, en su obra, “De los nombres de Cristo”,  busca en los textos sagrados de la Biblia los calificativos para Jesús. Así lo llaman camino, pastor, monte, príncipe de la paz esposo, rey hijo de Dios, el amado, el cordero, y cómo no ver la relación coránica para los nombres de Dios.

Y a otros genios de la literatura occidental, ya no mística pero de tan gran importancia como Miguel de Cervantes. Todo sabemos que estuvo prisionero en Argel durante cinco años y recibió una marcada influencia musulmana que se refleja en sus obras. En  Don Quijote de la Mancha vemos muchas menciones a textos sagrados y específicamente la aleya que dice: “No se mueve la hoja en el árbol sin que Dios lo sepa…”del Corán, (6:59). En el capítulo tercero de la segunda parte, Don Quijote le dice a su escudero, Sancho Panza, que no se preocupe por nada, que todo irá bien, que no se mueve la hoja en el árbol sin la voluntad de Dios….Esta afirmación la vemos en otras palabras  en el Shahnameh, y se repite a lo largo de la obra de Ferdowsi, casi 600 años antes. En el Shahnameh se precisa la importancia de un solo Dios, la rectitud moral, el amor al prójimo, la ayuda al necesitado,  (1.62), todos preceptos coránicos.

Recordemos que en la renacentista “Divina Comedia” de Dante, hay muchos episodios  tomados de la escatología islámica como afirma Asin Palacios. Y más recientemente, vemos que el mismo Goethe reconocía la supremacía de la poesía persa, concretamente de Hafez, gracias a la labor de traducción del orientalista alemán Von Hammer-Purgstall (1812-1813). Después de la atención que le dio Goethe a Hafez, este poeta fue traducido a todas las lenguas europeas y después Omar Khayyyan. El club Omar Kayyan se fundó en 1892 en Inglaterra, al que siguieron muchos más.

También en la obra Vathek, novela gótica escrita en francés por WillianBecford, en el siglo XVIII, se imita el estilo de las Mil y una noches, e incluye al personaje de un genio o yen, que hace que un califa venda su alma al diablo a cambio de saber. Se suele considerar a Vathek como uno de los precedentes más importantes de la estética surrealista, por su carácter onírico y fantástico.
Y no hay que olvidar que la literatura no está solamente en los libros, también en la actualidad, en los guiones de televisión, seriales y películas vemos la influencia del Corán de manera positiva o tergiversada por motivaciones políticas. Por ejemplo, la serie estadounidense de mayor audiencia ahora es HOMELAND, basada en un libreto israelí, en el que un marine americano, secuestrado por AlGhaeda en Irak, se convierte al Islam, y vemos como recita varias aleyas a lo largo de la serie. O en otra, SLEEPER CELL, también de enorme éxito, en el que un musulmán crea una célula terrorista y recluta por todo el mundo a personas para atacar intereses del Occidente.
Lo impresionante en esta serie es que a los episodios les dan nombres que parecen suras del sagrado Corán y así, el televidente queda completamente desinformado: vemos por ejemplo La casa de los mártires al-Fatiha, el profeta, Al-Bagara, La fe, etc.. O para mover opiniones, en la reciente película Wajda o la bicicleta verde, de la árabe Haifa Al Mansur, vemos como se utiliza el aprendizaje del Corán por una niña como medio para lograr sus reivindicaciones, frente a una sociedad muy conservadora hacia las mujeres.

Para terminar, así vemos que la historia se repite, tal como sucedió en la España de la Reconquista en la que los cristianos hacían valer sus opiniones, frente a los musulmanes, utilizando la política en la literatura para influir en los lectores y formarles otra opinión a la real. Es La literatura de controversia que se utilizó en esa época y se utiliza ahora, sin reparar en el daño que puede ocasionar a la cultura en general. Datos falsos sobre el Islam basados en leyendas o traducciones hechas para tergiversar la verdad. Todo surgido por la intolerancia de Roma, de las cúpulas del poder o por ignorancia. Lo vemos en tratados anti musulmanes de Ramón Marti y Pedro Alfonso. Así como lo expuesto en la Historia Arabum del arzobispo de Toledo durante 40 años (1170-1247)  Jiménez de Rada, en el que explica la necesidad de oponerse al Corán que se expande en Hispania,  porque la característica más importante de esa tierra era su dependencia al cristianismo. 

Afortunadamente, ahora existe un equipo de investigación de la universidad autónoma de Barcelona, el grupo ISLAMOLATINO, especialistas en traducción que centra su atención en la reconstrucción de la idea europea occidental hacia el Islam, principalmente: textos y discursos de controversia sobre el Islam y el judaísmo. Especialistas en filología latina y árabe analizan las fuentes directas para hacer un análisis crítico al servicio del conocimiento del proceso de percepción del Islam. Es en este espíritu de traducción fidedigna, que una y no separe, que se deben trabajar los textos, divinos o profanos, para el bien y el placer de todos.  

*Profesora de Lengua española y Literatura
Universidad Azad islámica de Teherán. Irán

Foto: https://c1.staticflickr.com/1/200/452260283_20a51fc8b2_b.jpg

Bibliografia

El Corán, AnsariyanPublications, Qom, 1990
Miguel de Cervantes, Don Quijote de la Mancha. Ed. Paidos,Madrid. 1978
Miguel Asim Palacios, El Islam cristianizado, Ed.Hiperion, Madrid 1981
Dante Alligieri, La Divina Comedia, Ed. Espasa Calpe, Madrid, 1970
Luce LópezBaralt, Huellas del Islam en la literatura española, ed. Hiperion, Madrid, 1985
Ferdowsi, El Shahnameh, edición española del Instituto de estudios islámicos de la universidad de Teherán y universidad Mc Hill. Vol I y II, Teherán, 2014

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1 comentarios

  1. Esperaba más de un artículo de una profesora universitaria. Se exponen un batiburrillo de ideas no demasiado ordenadas y sin una cronología clara. Todo ello envuelto en una pobre redacción.

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