Narrativa de Idries Shah
lunes, enero 18, 2016
TIMUY Y HAFIZ
El poeta sufí Hafiz de Shiraz escribió este famoso poema:
Si esa doncella turca, Sharazi, tomara mi corazón en sus manos,
le daría Bujara, por el lunar de su mejilla o Samarcanda.
Tamerlán el conquistador hizo llevar ante sí a Hafiz y le dijo:
“¿Cómo puedes regalar a Bujara y samarcanda por una mujer? Además, se encuentran en mis dominios, ¡y no permitiré a nadie que insinúe que no me pertenecen!”
Hafiz le respondió:
“Tu mezquindad te ha dado poder. Mi generosidad me ha hecho caer en tu poder. Tu mezquindad es, obviamente, más efectiva que mi prodigalidad.”
Tamerlán se rió y dejó marchar al sufí.
LOS MENDIGOS Y LOS TRABAJADORES
Se cuenta que la gente decía de Ibn el-Arabi:
“Tú círculo está compuesto sobre todo por mendigos, labradores y artesanos. ¿No puedes encontrar gente de cultura que te siga, para que se preste una atención más cualificada a tus enseñanzas?”
Él respondió:
“Cuando haya hombres influyentes y eruditos cantando mis alabanzas, el Día de la Calamidad estará muchísimo más cerca; porque sin duda lo estarán haciendo por su propio bien, ¡y no por el bien de nuestra obra!”
*Extraídos del libro La Sabiduría de los Idiotas, Arca de Sabiduría, versión electrónica de ebiblioteca.org
LA ENFERMEDAD
Un ruiseñor decía cierta vez a un pavo real:
-Cuando yo trino, la gente me rodea para escuchar la belleza y pureza de mi canto; el hombre tal vez sea asesino, pero también es esteta.
El pavo real, después de escuchar con atención, decidió atraer a una muchedumbre para que admirara su hermoso plumaje, incomparablemente más exquisito, que ningún ruiseñor podría exhibir.
Con ese propósito acudió a un lugar donde se congregaban seres humanos y se pavoneó frente a ellos, plegando y desplegando su cola, escondiendo y extendiendo sus plumas ante la mirada de todos.
Uno de los espectadores dijo:
-Ese infortunado pavo real tiene algo que no anda bien; no puede quedarse quieto. Debe ser alguna enfermedad.
En vista de lo cual tomaron al pavo real y lo mataron, no fuese que la enfermedad se propagase a sus aves domésticas.
SABIDURÍA DE JARRO
¿Habéis oído hablar de la tragedia del jarrito?
Se trata de un jarrito que oyó cómo un hombre sediento pedía agua a gritos desde su lecho de enfermo.
El jarrito sintió tal compasión por el hombre que, haciendo un supremo esfuerzo de voluntad, logró rodar hasta acercarse a una pulgada de la mano del enfermo.
Cuando el hombre abrió los ojos y vio un jarro a su lado, se sintió perplejo y aliviado. Consiguió alzar el jarrito y llevarlo a sus labios. Entonces comprobó que el jarro estaba vacío.
Con casi su último resto de fuerza, el moribundo arrojó el jarro contra una pared, donde al estrellarse se fragmentó en numerosos e inútiles trozos de arcilla.
INDIGENCIA
Un mono dijo a un hombre:
-¿No adviertes cuan indigente estoy? No tengo casa ni ropa, ni comida excelente como tú, ni ahorros, ni muebles, ni tierras, ni objetos de adorno; nada en absoluto. Tú, en cambio, posees todas esas cosas y muchas más. Además, eres rico.
El hombre, avergonzado, entregó al mono todo cuanto tenía, convirtiéndose en mendigo.
Una vez que el mono hubo tomado posesión legal de todos los bienes, el hombre le preguntó:
-¿Y ahora, qué piensas hacer con todo eso? El mono contestó:
-¿Por qué habría de hablar yo con un tonto indigente como tú?
GENTE
En el Libro de Amu Daria se cuenta que un ex abogado, jurisconsulto erudito discípulo de Bahaudin Naqshband, preguntó a éste:
-Lo sabes todo acerca de dogmas y exégesis; pareces saberlo todo acerca de teoría y de lo que dicen los libros. ¿ Cómo es posible que poseas todos esos conocimientos, siendo que esos mismos conocimientos no los tienen en igual grado ni los doctos académicos ni los dogmáticos?
-Bueno -contestó Bahaudin-, yo sólo puedo decir que de dogma aprendí mucho más en fuentes ajenas a los libros y discusiones, y aun a las conferencias.
-¿Cuáles son esas fuentes?
-Acerca de dogma y erudición aprendí estudiando gente.
Extraído del libro El Monasterio Mágico, Paidós, Buenos Aires, 1982
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