El enfoque profético e islámico sobre el tratamiento hacia las mujeres por Markria Souhila*

lunes, febrero 02, 2015


Palabras claves: El profeta, el islam, la mujer, el tratamiento, el enfoque 
Resumen. El presente artículo tiene como objetivo básico mostrar a los hermanos como trató nuestro profeta a las mujeres en general y a su familia en particular. Nuestra intención aquí es revelar a los enemigos del Islam algunos comportamientos del profeta Muhammad con su familia. En estas pocas líneas pretendemos abrir puertas a quienes desconocen a nuestro profeta Muhammad, verdadero modelo para la humanidad. Además pretendemos sensibilizar a los hombres celosos, mostrando que el Islam ha colocado a la mujer en un ambiente de respeto y honor. 

La mujer en general no conoció un respeto y honor en toda la historia tal como lo conoció a partir de la era del profeta Muhammad que la paz sea con él. Nuestro Profeta elevó a la mujer como madre, esposa o hija a una alta posición de respeto, nobleza y honor. En la casa profética encontramos todos los significados del amor y de la compasión que deben ser enseñados a cualquier pareja que quiere construir una relación matrimonial. Nuestro Profeta que la paz sea con él, se comportó dulce y amablemente con sus esposas. Les trató bien, les honró tal y como lo hizo con su primera esposa Khadija: “El mejor de ustedes es el que mejor trata a su esposa, y yo soy quien mejor trata a su esposa (Al  Tirmidi 3895). Durmió en sus regazos, se embelleció cuando quería verlas, respetó sus sentimientos hasta cuando quería dormir. 

Nuestro profeta que la paz sea con él; vino para sacar a las mujeres de las tinieblas, de la opresión y del sufrimiento a la luz, la apertura y la alegría mostrando su valor en la sociedad musulmana. Allah nos ha creado mujeres y hombres como compañía el uno para el otro para crear un ambiente de sosiego, amor y misericordia “Y parte de sus signos es que os creo esposas sacadas de vosotros mismos para que encontrarais sosiego en ellas y puso entre vosotros amor y misericordia;  realmente en eso hay signos para la gente que reflexiona (Corán 30 -20)”. He proveído su amor; esta es una frase dicha por El Señor ante su nación declarando su amor porque Allah provee sin medida a quién él quiere y el amor de sus esposas era un sustento de Allah. También el profeta respetaba a las amigas de sus mujeres así por ejemplo al degollar una oveja, dijo mandadla a las amigas de Khadija. 

El uso de elogios, loores y dulzura a sus mujeres; les dejaba sentir que les quería, les estimaba y les apreciaba. Escuchó con compasión sus dichos y sus comentarios sin mostrar disgusto y ese es el verdadero significado del amor puro.  Era un hombre que toleró sus errores y sus falencias humanas tal como lo dijo Allah en su libro “tratan bien a sus mujeres en la convivencia y si algo de ella les disgusta, es posible que Allah haya decretado a pesar de esto un bien para ustedes ( Corán 4:19)”. Les brindó siempre confianza y la seguridad. De verdad estamos muy tristes al ver hoy a hombres amenazando a sus mujeres con el divorcio y la separación día y noche y tratándoles como bichos: “Cuando repudiéis a vuestras mujeres y éstas alcancen su término, retenedlas como se debe o dejadlas en libertad como se debe. ¡No las sujetéis a la fuerza, en violación de las leyes de Dios! Quien esto hace es injusto consigo mismo. ¡No toméis a burla las aleyas de Dios, antes bien recordad la gracia de Dios para con vosotros y lo que os ha revelado de la Escritura y de la Sabiduría, exhortándoos con ello! ¡Temed a Dios y sabed que Dios es omnisciente! (2: 231)

La mujer gozó de respeto y amor bajo la sombra del Islam y no como lo falsifican hoy sus enemigos. La mujer tiene un gran privilegio porque constituye la mitad de la sociedad; dijo el Profeta “quien tenga tres hijas y les eduque con paciencia, las alimenta, les dé de beber y las vista con la mejor que pueda, serán para él como un muro protector del fuego en el día de la resurrección. (Ibn Maya 3696)”. Es la esposa que le apoya si sabía amarla y protegerla y ser cariñoso con ella como lo dijo el Profeta “el más perfecto de los creyentes es que mejor carácter tiene y es más cariñoso con su mujer (Al Trimidi 2612 y Ahmed 24677)”. Es la madre si la bendice: “Tu Señor ha decretado que no debéis servir sino a Él y que debéis ser buenos con vuestros padres. Si uno de ellos o ambos envejecen en tu casa, no les digas: «¡Uf!» y trates con antipatía, sino sé cariñoso con ellos ( 17-23)”
El Islam establece justicia y responsabilidad entre los hombres y esto se ve en la aleya coránica: “El creyente, varón o hembra, que obre bien, entrará en el Jardín y no será tratado injustamente en lo más mínimo ( El Corán 4-124)”. El mejor de los hombres es el que trata con cortesía y buenos modales a su esposa, es el que le viste, le protege y le mantiene  como lo asegura nuestro profeta:“ quien mantiene a su familia y es sincero en su deber, es como si hicieron una caridad ( Al bujari 5036, Muslim 1002) y dijo también “ Ciertamente, quien da una caridad por Allah será recompensado por ella, incluso poner un bocado en la boca de su esposa” “ Al Bujari 56 Muslim 1628). Asimismo el Islam ordena justicia entre los hombres y las mujeres en cuanto a sus derechos y deberes: “Los hombres tendrán parte según sus méritos y las mujeres también. Pedid a Dios de Su favor. Dios es omnisciente. ( El Corán 4 -32)”. La mujer bajo la sombra del Islam ha gozado su derecho en la elección de un esposo, en el aprendizaje, en la participación en la creación cultural y científica. 

Nuestro Profeta mostró a sus esposas lo que llamamos hoy día lenguas del amor o sea términos y palabras que expresan cariño y amor. Nuestro profeta nos ha guiado hacia una vida alborozada mostrando su ayuda a sus esposas en las tareas domésticas. Les hizo sentir que tenían un gran valor en la relación matrimonial mostrándoles comprensión. Nuestro Profeta sorprendía a su familia con regalos y no como hoy día esperando el día de San Valentín; día que no tiene nada que ver con nuestra religión para regalar cien flores a cien mujeres.  Nuestro Profeta que la paz sea con él dedicó tiempo para escuchar a su familia; jamás se burló de ellas (sus esposas) cuando no cocinaban bien o cuando no sabían algo, o cuando no comprendían una situación, él era para ellas un maestro, esposo y padre. Hermanos sed como el Profeta que la paz sea con él en el tratamiento a sus mujeres conociendo sus sentimientos, respetando sus celos y su amor, comprendiendo su naturalidad y su personalidad, consultándolas, eligiendo los mejores nombres para llamarlas, comiendo y bebiendo con ellas, durmiendo en sus regazos, quejando por ellas, divirtiendo con ellas dentro y fuera de su casa; en groso modo les digo sed como Muhammad para acertar en su relación matrimonial.  

*Catedrática de español de la Universidad Ibn Badiz de Argelia

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