Selección poética de Alí Ahmad Said (Adonis)
lunes, septiembre 29, 2014
EL COLOR DEL AGUA
Tu color es el color del agua,
oh cuerpo del lenguaje
allí donde el agua es
levadura, rayo o fuego.
El agua se enciende y se convierte en rayo, se convierte
en levadura y en fuego,
en nenúfar
que pide mi almohada
para dormir...
Oh río del lenguaje,
viaja conmigo dos días, dos semanas por la levadura de los secretos,
recogeremos mares, descubriremos madreperlas,
lloveremos rubíes y ébano,
aprenderemos que la magia
es un hada negra
que no se enamora más que de el mar.
Viaja conmigo, aparece aquí... desaparece allí...
y pregunta conmigo, oh río del lenguaje,
por la concha que muere para convertirse
en nube roja
de lluvia,
en isla
que camina o vuela,
pregunta conmigo, oh río del lenguaje,
por una estrella cautiva
en las redes del agua
que lleva entre sus pechos
mis últimos días.
Pregunta conmigo, oh río del lenguaje,
por una piedra de la que brota el agua,
por una ola de la que nace la roca,
por el animal del almizcle, por una paloma de luz.
Desciende conmigo por el tragaluz de las tinieblas
al lugar
donde habita el tiempo roto
para que el lenguaje sea
un poema que se viste con el rostro del mar.
CELEBRACIÓN DEL DÍA Y DE LA NOCHE
El día cierra la verja de su jardín,
se lava los pies y se pone el manto
para recibir a su amiga la noche.
El crepúsculo avanza lentamente.
En sus hombros hay manchas de sangre,
en sus manos una rosa
a punto de marchitarse.
La aurora avanza ruidosa.
Sus manos abren el libro del tiempo
y el sol pasa las páginas.
En el umbral del ocaso
el día rompe sus espejos
para conciliar el sueño.
Los momentos son olas del tiempo.
Cada cuerpo es una playa.
El tiempo es viento
que sopla del lado de la muerte.
La noche abotona la camisa de la tierra.
El día la desnuda.
Es el alba:
en el balcón las flores se frotan los ojos,
en la ventana
ondean las trenzas del sol.
El día ve con las manos,
la noche ve con todo el cuerpo.
Si el día hablara,
anunciaría la noche.
Suave es la mano de la noche
en las trenzas de la melancolía.
El día no sabe dormir
más que en el regazo de la noche.
Se le concedió a mi tristeza
ser una continua noche.
El pasado,
lago para un solo nadador:
el recuerdo.
La luz: vestido
que a veces teje la noche.
El crepúsculo: única almohada
en la que se abrazan el día y la noche.
La luz sólo actúa despierta.
La oscuridad sólo actúa dormida.
Los sueños de la noche son hilos con los que tejemos
los trajes del día.
CELEBRACIÓN DE LA REALIDAD
Por alto y radiante que sea el deseo
no puede tocar el cuello del sol.
La realidad es la flor más marchita
en el jardín de las palabras.
Realidad: sueño que no visita
ni hace amistad
más que con los párpados durmientes.
A veces el cuerpo parece un árbol
cuyo más bello fruto, el sueño,
no se puede recoger.
No hay diálogo entre el fuego y el agua:
un abrazo
hasta extinguirse.
La realidad
en la que se han convertido los caminos de la derrota
es la única
que conduce a los caminos de la libertad.
El olvido tiene una guitarra
en la que el recuerdo toca
sus calladas tristezas.
CELEBRACIÓN DEL JUEGO DE LA VIDA Y DE LA MUERTE
La lengua se oxida por falta de palabras,
el ojo se oxida por falta de sueños.
El rostro es la luz del cuerpo.
Cuando el rostro se ensombrece
todo el cuerpo se apaga.
El hombre es un libro
que la vida lee sin cesar.
La muerte lo lee en un instante,
una sola vez.
La melodía es para el oído,
el color es para el ojo,
la palabra es para todo el cuerpo.
Negro: desmayo de la naturaleza
en el regazo del universo.
La locura es continuo encuentro con las cosas
y es, al mismo tiempo, continua despedida.
Todas las cosas se cubren con ropajes que las
enmascaran.
Nada aparece en completa desnudez
más que cuando lo toma la mano de la locura.
Traducidos por María Luisa Prieto
Poesiaarabe.com
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