Obama reelecto: ¿Quién ganó en América y el Medio Oriente? por Wilfredo Amr Ruiz
sábado, noviembre 19, 2011
Tras su bien trabajada victoria
electoral el reelecto presidente Barack Hussein Obama enfrenta retos para
reconocer y afianzar sus alianzas tanto en el plano doméstico como en el plano
de política exterior.
En el plano doméstico la victoria
del presidente sirvió para reafirmar la consolidación del poder de minorías
como por ejemplo los hispanos y los musulmanes. Un estudio comisionado por el
Consejo de Relaciones Islámico-Americanas (CAIR por sus siglas en inglés)
titulado "Los Votantes Musulmanes Americanos y las Elecciones de 2012: Un
Perfil Demográfico y Encuesta" reflejó la intención de más de dos terceras
partes de los musulmanes votarían por el Presidente Obama y más de la mitad de
los musulmanes opinaron que el Partido Republicano era antipático para con los
musulmanes. Indudablemente minorías identificables como los hispanos y los musulmanes
americanos contribuyeron a la victoria del presidente en varios estados
determinantes o "swing states"; como Ohio y Florida.
El resultado de estas elecciones
muestra la intención del electorado de repudiar las agendas exclusivistas de
alegadas elites étnicas, religiosas y económicas. Ello ha quedado evidenciado
no sólo con la derrota del aspirante Romney sino también con otros resultados
que afirman el rechazo a los portavoces del odio y xenofobia. Sólo por
mencionar algunos. Allen West, el reconocido islamofóbico congresista de la
Florida perdió su escaño con Patrick Murphy.
La pasada aspirante a la
candidatura presidencial, la congresista Michelle Bachman, reiteradamente apeló
al apoyo del electorado hiper-conservador pretendiendo ganar su simpatía
presentando reiterados discursos islamofóbicos e incluso haciendo acusaciones
infundadas asosciaando con vínculos terroristas a funcionarios íntegros como
Huma Abedin, ayudante especial por varios años de la Secretaria de Estado
Hillary Clinton. En cuanto a Bachman hoy su candidatura pende de un hilo cuando
aventaja a su contrincante con una insignificante mayoría.
Póngase en turno el congresista
Peter King (R-NY), quien condujo reiteradas vistas congresionales persiguiendo
estereotipar la comunidad musulmana americana. En estas elecciones resultó
re-electo pero ahora en la medida que no ajuste su acercamiento a las minorías
religiosas anticipo que también su turno de recibir el rechazo electoral
también le llegará.
Lo cierto es que la agenda
divisoria y de odio del Tea Party ha quedado herida de muerte. Ello demuestra
que es otra la composición social de la nación norteamericana donde los
hispanos y otras minorías sí cuentan. La sociedad apuesta por mayores niveles
de tolerancia y convivencia con las minorías. En estas elecciones la sociedad
gritó ¡Basta!; al discrimen por raza, sexo, religión, origen racial. El
divorcio del Partido Republicano y sus líderes de las causas y aspiraciones de
las minorías étnicas le costó ese mínimo de votos que necesitaba para tomar las
riendas del país.
En cuanto a la política exterior
del Medio Oriente anticipamos que la victoria del presidente Obama no debe
significar cambios significativos en las políticas establecidas hasta el
momento. Es predecible que el presidente extenderá su política actual en la
región del Oriente Próximo pero cuidemos de mantener abierta la posibilidad de
que, dado el caso de ya no es candidato a reelección, se permita a sí mismo
abrir una ventana en la que ejecute algunos cambios; si así lo deseare.
El presidente Obama tiene ahora
la oportunidad histórica de honrar su Premio Nobel de la Paz terminando
ávidamente la guerra en Afganistán. Una guerra de ocupación sin sentido que es
el conflicto bélico más longevo en las historia de los Estados Unidos.
Igualmente debe honrar ese mismo premio manteniéndose firme en no morder el
anzuelo de guerra que le tiende insistentemente Israel para que Estados Unidos
entre en otro conflicto bélico en Medio Oriente; esta vez con Irán.
Obama debe hacer cumplir su
promesa de acercamiento al Mundo Islámico implementando una agenda seria y
comprometida para lograr la justicia con la nación Palestina. El apoyo
incondicional a las políticas israelíes en el conflicto Palestino - Israelí aún
cuando las mismas sean contrarias al derecho internacional, como es el caso de
la constante expansión de asentamientos por colonos judíos en el Margen
Occidental; ha afectado y seguirá afectando la percepción de los EE.UU. con el
mundo islámico. Sin un compromiso con la justicia es imposible hablar, negociar
y lograr la paz. La situación hoy es más compleja, pues el reciente apoyo
abierto del Primer Ministro israelí Netanyahu al candidato Romney durante la
campaña presidencial es un trago amargo que seguramente aún le amarra la lengua
al reelecto presidente.
Obama enfrenta retos de instaurar
nuevas relaciones saludables con los países del Medio Oriente, específicamente
aquellos tocados por la primavera árabe y en otros donde aún salen pueblos a la
calle a reclamar por sus derechos y la democracia. El caso más grave es el de
Siria donde el tirano de Al Assad sigue masacrando decenas de miles y desde el
poder burla las agencias internacionales, como la ONU, que se han mostrado
incapaces de alguna forma evitar la muerte y destrucción. ¿Cómo piensa
responder el Presidente a los otros pueblos de la región, como en Bahréin y
Kuwait, donde reprimen brutalmente a quienes se lanzan a la calle reclamando
libertad? ¿Cambiará su política del ensordecedor silencio?
No sabemos si en realidad Obama tendrá
la disposición y voluntad de alejarse de las políticas tradicionales que por
décadas aliaron al país a dictadores y tiranos de la región. Es imperativo que
el Presiente trabaje de cerca con los gobiernos emergentes para que no
establezcan instituciones estatales alejadas de políticas bilaterales
beneficiosas para ambos países. Políticas que les ayuden a construir sus nuevas
instituciones dándole espacio a las diferencias históricas, políticas,
culturales y religiosas entre esos países y los EE.UU. Ojalá en este nuevo
término presidencial Obama pueda darse cuenta que con aislamiento, bombardeo de
aviones no tripulados y con guerras de ocupación no se hacen amigos ni aliados.
Sólo así hará la diferencia implementando realmente el "cambio" que
prometió en su primer término; y cumpliendo con "moverse adelante",
como ha prometido en esta campaña.
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