Lo musulmán en Dante por Saúl Godoy Gómez
martes, agosto 16, 2011
Hace unos años me dio por investigar sobre la España musulmana y tuve la oportunidad de reunir una pequeña pero bien provista colección de libros sobre el tema, eran otros tiempos, de librerías caraqueñas muy bien surtidas y precios asequibles por la alta cultura, pero en mi última mudanza (un desastre, donde perdí más de la mitad de mi biblioteca) la caja que guardaba mi preciada colección desapareció.
De todos esos volúmenes, guardo un especial recuerdo por la obra maestra de ese sabio español y extraordinario arabista Miguel Asín Palacios (1871-1944), La Escatología Musulmana en la Divina Comedia, obra que en su tiempo provocó un escándalo en Europa, sobre todo con el público católico italiano que tienen en la Divina Comedia de Dante Alighieri, la obra máxima de la literatura seglar cristiana (el libro de Asín Palacios apareció en 1919, y en 1921 se celebraba un nuevo centenario del gran poeta florentino).
En resumen, la monumental investigación llevada a cabo por este sacerdote de Zaragoza se convirtió en una de las piezas de erudición más importantes de la Europa del siglo XX, prueba, de manera incontrovertible, que la Divina Comedia tuvo como precursores la obra Futubat del gran maestro sufí murciano Ibn Arabi, cuyo origen nos lleva directamente a la leyenda musulmana del viaje nocturno y ascensión de Mahoma al trono de Dios, un periplo que llevó al profeta desde el templo sagrado de la Meca hasta el templo de Jerusalén y durante el cual visitó algunas mansiones infernales antes de llegar a las moradas celestes.
¿Cómo llegó Dante al conocimiento de tal versión? Se sabe que desconocía la lengua árabe, aunque había una tradición oral y algunas recopilaciones traducidas de creencias místicas musulmanas, o pudo tener conocimiento de ellas por su amigo Brunetto Latini, quien formó parte de la corte de Alfonso El Sabio en Castilla, donde se respiraban estas tradiciones hispanoárabes, ese conocimiento de Dante de las historias árabes permanece en el misterio, lo que sí es cierto son las innumerables coincidencias en los textos, lo cual no le quita ni un ápice de calidad literaria a la obra del gran poeta florentino.
Todos y cada uno de sus versículos y tercetos italianos que nos sumergen en sombríos parajes o nos exalta en ternuras y delicados deleites sigue intacto, y por ello, es una obra universal. Es decir, la ascensión de Dante y Beatriz por las esferas del paraíso dantesco es un calco, con precisiones topográficas, con una arquitectura de los reinos infernales y celestiales asombrosamente parecida, con descripciones y episodios que parecen la imagen reflejada en un espejo. Lo que creaba un problema para la escatología cristiana, se creyó por mucho tiempo que era una obra original, y que alumbró como un faro la oscuridad de la Edad Media poniendo al día la imaginería del infierno y el paraíso que venía desde la época clásica de Grecia y Roma, y en la que confluyeron con las tradiciones hebreas, resultaba chocante para los cristianos tradicionalistas aceptar que tuvieran influencia musulmana.
Es un libro difícil de encontrar, pero vale la pena su lectura, es como leer el expediente policial sobre una de las obras cimeras de la literatura de occidente, es un banquete de sabiduría, Asín Palacios, se sentía como pez en el agua tanto en la tradición romance del Medioevo como en la arábiga de aquellos portentosos califatos.
En otros libros suyos como son Vidas de santones andaluces y El Islam cristianizado nos provoca con la idea de la inmensa deuda, todavía no aceptada del todo, que tuvo la filosofía escolástica cristiana, sobre todo las escuelas franciscanas y tomistas, con las influencias filosóficas de Averroes y del gran pensador Ibn Masarra, una deuda al sufismo español que floreció con gracia y fortuna en aquellos tiempos de la dominación musulmana en una parte de Europa.
El autor ha dado autorización a la Revista Biblioteca Islámica para reproducir el artículo
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